El Sistema Nervioso es una de las partes fundamentales que componen al cuerpo humano y nos ayuda a conocer su funcionamiento. Controla todo nuestro cuerpo y sus terminaciones van de extremo a extremo.
El sistema nervioso regula y controla todas las funciones de los órganos y tejidos. Por lo que es importante conocerlo, entenderlo y comprender la intervención de cada uno de sus componentes.
¿Cómo se relaciona el sistema nervioso y la columna vertebral?
Existen variaciones anatómicas e interconexiones neurológicas de una persona a otra dentro de su sistema nervioso. Estas interconexiones tienen una estrecha relación con la columna vertebral. Mediante la columna se transmite el líquido cefalorraquídeo y se encuentra también la médula espinal. Es importante saber que en la médula espinal se llevan a cabo estas interconexiones neurológicas que conectan directamente nuestras células con nuestro cerebro.
La importancia del cuidado de la columna vertebral para la mente y cuerpo
Una alineación correcta entre cada vértebra de nuestra columna debe ser mantenida si queremos aspirar a tener un 100% de comunicación entre nuestro cerebro y el cuerpo.
Las subluxaciones vertebrales pueden ocurrir a causa de lesiones o enfermedades. Estas subluxaciones vertebrales interfieren seriamente con el funcionamiento de la columna vertebral y la transmisión de mensajes nerviosos entre el cerebro y el cuerpo.
Este esquema del sistema nervioso, es una representación simplificada de un sistema muy complejo en realidad. A continuación les presentamos la relación que tiene cada hueso y vértebra de la columna vertebral con los órganos del cuerpo.
Cadena Simpática: Ojos, oídos y otros órganos sensoriales, glándulas y vasos sanguíneos al cerebro, respuesta inmunológica, reacciones al estrés y cerebro.
Vértebras torácicas
T2: Corazón, incluyendo sus válvulas y coberturas, arterias coronarias, pulmones y bronquios.
T3: Pulmones, bronquios, pleura, pecho, senos y corazón.
T4: Vesícula biliar, corazón, pulmones y tubos bronquiales.
T5: Hígado, plexo solar, circulación (general), corazón, esófago y estómago.
T6: Estómago, esófago, peritoneo y duodeno.
T7: Páncreas, duodeno, estómago, peritoneo, vesícula biliar, hígado y bazo.
T8: Páncreas, estómago, hígado y bazo,
corteza adrenal, intestino delgado y válvula pilórica.
T9: Corteza adrenal, páncreas, bazo, vesícula biliar, ovarios, útero, intestino delgado y glándula suprarrenal.
T10: Riñones, apéndice, útero, testículos, ovarios, corteza adrenal, bazo, páncreas e intestino delgado.
T11: Riñones, hígado, estómago e intestino grueso.
T12: Intestino delgado, circulación linfática, intestino grueso, vejiga, útero, riñones y válvula ileocecal.
Sacro: Huesos de la cadera, nalgas, recto, órganos sexuales, genitales, vejiga, uréteres, próstata.
Coxis: Recto y ano.
Vértebras cervicales
C1: Suministro de sangre a la cabeza, glándula pituitaria, cuero cabelludo, huesos de la cara, cerebro, oído medio e interno, sistema nervioso simpático y ojos.
C2: Ojos, nervios ópticos, nervios auditivos, senos paranasales, huesos mastoideos, lengua, frente y corazón.
C3: Mejillas, oídos externo, huesos de la cara, dientes, nervio trigémino, pulmones y diafragma.
C4: Nariz, labios, boca trompa de eustaquio, membranas mucosas, pulmones y glándulas salivales.
C5: Cuerdas vocales, glándulas del cuello, faringe y músculos del cuello.
C6: Músculos del cuello hombros y amígdalas
C7: Glándula tiroidea, bursa de los hombros, codos,
Plexo braquial: Forma el radial, cubital mediano y otros nervios que van a los músculos, articulaciones y otras estructuras del hombro, brazo, muñeca, mano y dedos.
Vértebras lumbares
L1: Intestino grueso, anillos inguinales y útero.
L2: Apéndice, abdomen, muslo y vejiga.
L3: Órganos sexuales, útero, vejiga, rodillas, próstata e intestino grueso.
L4: Próstata e intestino grueso.
L5: Piernas, tobillos, pies, próstata, testículos y recto.
Plexo sacro: Forma el nervio ciático y también otros nervios que van a los músculos, articulaciones y otras estructuras de la pierna, rodilla, tobillos, pies y dedos.
Algunos nervios espinales se unen para formar la «cadena» nerviosa simpática que ayuda a mantener el adecuado funcionamiento de sus órganos internos. Ambos juegos de nervios trabajan en armonía para mantenernos en adecuada relación con el medio ambiente. El origen de muchos de estos nervios reside en las partes superior, media e inferior de su médula espinal.
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